Tres de las organizaciones más relevantes en materia de energías limpias han producido un informe titulado, “Políticas en Energías Renovables, en un tiempo de Transición”, (DESCARGAR) como herramienta para que los países puedan cumplir con los compromisos climáticos y satisfacer los objetivos de desarrollo acordados hacia el 2030 y más allá.
De acuerdo a este documento, facilitar el despliegue de las ER es clave para acelerar el ritmo de la transición en los próximos años. Los objetivos se están cumpliendo en la generación eléctrica de manera más acabada que en otros sectores como el transporte y la provisión de frio y calor para distintos usos.
En el futuro deberá adoptarse un enfoque sistémico con políticas integradas entre sectores. Para ello, es urgente el re-direccionamiento de las inversiones en infraestructura para que sirva de apoyo a la integración de las ER y las políticas que faciliten el balance entre oferta y demanda, y la descentralización de la matriz energética.
Debe aprovecharse la sinergia de las medidas de eficiencia y uso racional con la introducción de ER para afrontar las demandas crecientes y el acceso a la energía, eliminado al mismo tiempo los subsidios a los combustibles fósiles, responsables del calentamiento global.
Otra prioridad es la lucha contra la pobreza energética teniendo en cuenta el sustento, la educación, la salud, el agua, el empleo y la igualdad de género.
El informe distingue medidas de apoyo directo a las ER, tanto en lo que respecta a sectores de uso final como en la producción de energéticos.
También propone políticas y medidas facilitadoras que eliminen las desventajas que hoy tienen en un sistema que fue diseñado y sostenido para favorecer el uso de fósiles. En ambos casos se requiere el sostenido apoyo a distintas formas de innovación social.
Argentina está avanzando en este proceso de diversificación de la matriz, valora Marcelo Álvarez, Presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER).
“Por medio de licitaciones se han adjudicado proyectos de energía sostenible por aproximadamente 5.000 MW”, destacó el titular de la cámara empresaria.
En dicho país, Álvarez resume que “esto significa generar las condiciones de contorno para el desarrollo de una industria nacional, la diversificación y descentralización de la matriz eléctrica, bajar la intensidad energética, reducir la huella de carbono, y la generación de empleo, motivando el desarrollo de las economías regionales”.
Este proceso de transformación, requiere central atención sobre el sector del transporte, subraya el presidente de CADER. “Este rubro demanda una rápida evolución hacia la movilidad eléctrica”, puntualizó.